Prometí el te quiero eterno.
Me llamabas dándome la seguridad que necesitaba.
Me llamabas… mi fantasía complementaba tu realidad.
Yo aportaba la pasión de quién idealiza.
Tú, una realidad por momentos cruda,
aquella que suavizaba con mis caricias.
Prometí quererte eternamente
y aún lo sigo prometiendo, si consientes
y entiendes que mi intensidad ya no está.
Y es que mi pasión se ha cansado…
quizás apagada por tu fría realidad,
quizás necesitada de pequeños toques de locura.
Pero mi locura me lleva a tus reproches.
Mis ilusiones se enfrentan a lo obligado,
por antes no haber medido cuanto he dado.
Prometí el te quiero eterno
y pretendo y deseo mantenerlo.
Quizás ha cambiado la intensidad, pero no el sentimiento.
Por ello te digo:
léeme entendiendo que no es un adiós
pero quizás si necesite la desconexión del verano.
Autor: Sole Moreira
Fotografía: de la red
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