Sorprendida ante la puerta abierta
la fría pureza del renovado aire,
la cálida caricia del sol invernal,
me retan a traspasar su umbral.
La puerta me llama
el hogar me reclama.
Obligaciones, hábitos…inercia
Mil contradicciones que frenan el avance.
El hogar me reclama, me llama, me atrapa
¡Pero ese nuevo cielo…!
te recuerda al año sabático que jamás has disfrutado.
Bendita inquietud que grita ¡Aún estás viva!
Y atravieso la puerta por momentos
y revivo con cada descubrimiento,
revivo ante el descanso de lo debido.
Recuerdo que a eso lo llamaba libertad.
Y regreso al hogar toda luz y vida
pero la inercia me apaga.
Y entre contradicción y quebranto…
entiendo la necesidad de recobrar la energía.
Estática ante la puerta abierta,
desviando la mirada hacia un hogar en orden pero sin brillo,
comienzo a mirar hacia adentro,
me envuelvo en el silencio y escucho.
Me escucho y entiendo
entiendo que no existen trabas para salir,
comprendo que no hay necesidad de huir,
que el brillo puede resurgir.
Bendita inquietud que me reta a cada instante,
el motor que me impulsa a descubrir.
Bendito el silencio que nos permite escuchar lo nunca dicho,
la mejor arma para mantener luz y vida presentando batalla a la inercia.
Silencios y contradicciones
mentes inquietas, cuerpos en acción
presentemos batalla a la falta de calor.
Autor: Sole Moreira
Fotografía: de la red
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