Niebla, espesa y cegadora.
La que me encerró entre paredes,
las tejidas por cuanto expresabas,
las creadas por tus anhelos y sueños.
Aquella que consiguió caldear,
el corazón encogido y frío.
La que hizo brotar caricias prohibidas,
la que anulaba horizontes. Sólo tú
Tu niebla invadió cuanto tenía,
se llevó soledad y sombras.
Tu niebla me trajo la mariposa,
retornando la pasión adormecida.
Y me perdí entre tus paredes,
jugando con nuestro verano entre tu niebla,
dejando pasar las horas entre amor y risas,
exprimiendo cada roce, caricia y promesa.
Fue un sueño, ahora lo sé.
Un hermoso resurgir de lo que algún día fue,
un nuevo tren hacia la aventura del verano,
gozando de la locura del día y el descontrol de la noche.
Fue un sueño, ahora lo sé.
Un bello producto de mi soledad y tu necesidad.
Y aunque tus palabras resultaron humo difuso y tóxico,
me quedo con el recuerdo de lo realmente sentido.
Autor: Sole Moreira
Fotografía: de la red
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