Niebla, espesa y cegadora. La que me encerró entre paredes, las tejidas por cuanto expresabas, las creadas por tus anhelos y sueños. Aquella que consiguió caldear, el corazón encogido y frío. La que hizo brotar caricias prohibidas, la que anulaba horizontes. Sólo tú Tu niebla invadió cuanto tenía, se llevó soledad y sombras. TuSigue leyendo «Niebla»