¡A ver, a ver, a ver!
¿Cómo se puede estar triste en medio de tanta belleza?
Abriga tu cuerpo y sal al frío bosque otoñal para abrigar tu alma. Empapa tu visión con cada estallido de color, tu olfato con el olor a tierra húmeda y fértil.
Y cree, cree que si la naturaleza es capaz de brillar, aún en el día más gris, tú también serás capaz de hacerlo. Y así como la naturaleza es capaz de hacer frente a las inclemencias, tú podrás afrontar tu propio invierno.
Y cuando creas desfallecer ante el frío de la ingratitud o la incomprensión, recuerda: el frío que amenaza tu alma es caduco, pero necesita de a tu ayuda para desprenderse de cada una de sus hojas y que el calor vuelva a tu interior.
Y si no es posible salir al bosque, inventa uno en tu mente, pero siempre frondoso y lleno de color
Invierno caduco
