Y decides permanecer cual flor decorativa,
perfecta cuando él te lleva,
vacía mientras lo esperas.
Decides que el amor sea fruto de la razón,
adoptando a quien llegó diciendo amor
y te mima sin engaño.
Decides, cansada del daño…
decides no seguir el camino del perfecto suicida,
el que ve final al amor tan pronto comienza.
Te niegas a ser de nuevo punto,
insignificante mosquito al final de una frase,
aquella que comienza con un «sí pero no»
¡No te conformes con ser mera flor decorativa,
busca tus propias flores!
Decora tu propia vida sin necesidad de mano guía,
luciendo porque en realidad te impacta el día,
absorbiendo la fuerza de tu propia valía.
Y, si además encuentras la mano amante o amiga,
no le niegues momentos de felicidad al día.
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Autor: Sole Moreira
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