Te creían solo ¡Cuan ilusos! Eras parte de un todo: perfecto compañero del amanecer, confortable paraje de las aves, purificador del agua que bañaba tus pies. Te veían solo, pero tú eras cuanto te rodeaba: armonía de luz y agua, sueños alcanzables a través de quien te anidaba. Imposible sentir soledad cuando adoptas tuSigue leyendo «Adopta tu paisaje»