Infidelidad consentida disfrazada de necesidad,
necesidad de experimentar, de jugar con lo prohibido,
necesidad de reavivar un fuego convertido en ascuas.
Momentáneo espejismo de felicidad…
reactivador de las tristes ascuas,
generador de peligrosas complicidades.
Complicidades que terminan excluyendo,
que se empeñan en enlodar cuanto has creado,
que llevan a la mayor de las infidelidades.
La desconfianza en el otro.
Una infidelidad que todo lo transforma,
que te convierte en un ser irascible.
La desconfianza en el otro.
La herida mortal de toda relación,
la compañera perfecta de la ruptura.
Por todo ello te digo:
Si tu llama es tan solo ascua…piensa
¿Querrás conservar las ascuas o extinguir por completo el fuego?
El juego puede ser divertido, atrayente…pero
no todo el mundo está preparado para jugarlo,
no todo el mundo admite arder sin amor.
Quizás reavives la llama…
quizás su fuego…llegue a quemarte.
Autor: Sole Moreira
Fotografía: de la red
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