Te vi encantadoramente dominante
y mi paso se detuvo.
Embriagada por tu amable luz,
mi paso se detuvo.
El corazón calmo su ritmo,
la mente trabajó su duda
y mi mano quiso alcanzar tu estela.
Te vi encantadoramente dominante,
compañera en la incertidumbre.
Permitiendo el abandono de la impulsividad primera
invitando al pensamiento a actuar.
Porque ayudas a sopesar
a escuchar cada variante posible,
a comprender cuan relativa puede ser una verdad.
Te vi encantadoramente dominante y,
aunque mi paso se detuvo,
aunque mi mano intentó tocarte,
no temas, no pretendo atraparte,
tan solo acariciar tus matices plata y gris.
Porque, aun enfundada en blanco y negro,
tu me ayudas a creer en el punto intermedio.
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Autor: Sole Moreira
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