Siempre sonriente, porque hacer feliz a alguien tiene el efecto terapéutico de hacernos sentir felices en algún momento.
No quiero que la fotografía impresa me haga recordar todo aquello que me inquietaba ese día, no. Quiero que esa imagen borre todo ello de mi memoria y solo deje el momento tierno que provocó mi sonrisa.
¿Cuantas imágenes hemos borrado porque el recuerdo de un dolor se ve reflejado en ellas? quizás más de las que nos gustaría.
Y…¿Por qué borrarlas? los fallos, las dudas, los problemas han de ser sopesados, analizados para llegar a la solución correcta. Pero, en verdad creo, no necesitamos un recordatorio de los mismos.
Si queremos seguir hacia adelante, si nos gusta ejercitarnos en el arte de evadir la ansiedad, el estrés, la depresión…(epidemias de nuestros días) hemos de luchar por guardar como el mayor de los tesoros los momentos gratificantes, luchar por tener al menos una fotografía diaria con una sonrisa impresa. Y esa imagen, esa estampa del segundo en que en verdad te has sentido feliz, una felicidad a veces nacida del más nimio de los actos…será la que te dé fuerza en los momentos de oscuridad para percibir el variado colorido de la vida.
Sole Moreira