En la noche se prendió mi llama,
cuando vi arder tu barca,
bajo la noche estrellada.
Ya no había lugar a negarme,
no existían escusas para ocultarme,
ni obligaciones para frenarme.
Llegó a mí el calor de la madera en llamas
derritiendo el hielo de obligaciones, miedos y dudas,
iluminando el crepúsculo de mis días.
Me rozó la fuerza de cada estrella,
abriendo mis ojos hacia los posibles,
mientras escuchaba la afirmación de mi alma.
Y fue así, bajo la noche estrellada,
como rescaté cuanto quedó de tu barca,
mientras mi mirada te decía cuanto te amaba.
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Autor: Sole Moreira
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