Mirabas al mar y soñabas felicidad
sirena en tu palacio encantado de arrecifes,
anémonas y esponjas de mar.
Cada amanecer…mirabas al mar
soñando al amante que estremecerá tu día,
la felicidad compartida, resplandor de vida.
Y el mar te habló de tu propio castillo
el que arropa tu día y tu sueño,
tu pequeña parcela en el mundo,
el jardín de margaritas y lirios.
Y volviste la vista a tierra.
Ahora es el gorrión quien habla de felicidad,
la lumbre quien da calor a tu vida,
el amigo quien vela tus heridas y provoca tus risas.
Y el mar…el mar siempre estará ahí
para dejar volar tu mente,
sentir a la sirena que llevas dentro.
Autor: Sole Moreira
Fotografía: de la red
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