Surgió el juego de sentir…
sentir para explotar, sentir sin amar.
Y brotó una insignificante yaga,
una yaga acrecentada con cada sin sentir.
Surgió el juego de la pasión…
y algo se rompió en mi alma,
el fuego se convirtió en hielo,
la complicidad en desconfianza.
Y hora me digo «loca»
por jugar a trapecista sin red,
por disfrazarme de quien no soy,
por pensar que puedo no sentir.
El amor ciega, te vuelve egoísta.
Y aun diciéndome no,
creí tus palabras y razonamientos,
hasta creer volverme loca.
Hasta descartar todo juego,
encerrándome en cuanto quedó de mi,
volviendo a alzar mi coraza,
cubriéndome hasta que cure la yaga.
Y ahora… ahora llámame loca si quieres
pero no volveré a abrir mi puerta, no…
hasta que la palabra sentir brote de lo más hondo,
hasta que por fin pueda abrirla de par en par.
Autor: Sole Moreira
Fotografía: de la red
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