A veces asalta mi mente, mi sorprende el recuerdo… la intensidad de aquel único beso. Una tarde de lluvia, dos personas refugiándose en un café, miradas que se encuentran y necesidad de hablar. Un café de horas… que semejaban minutos. Una charla amena, inofensiva. El olor a café… la lluvia que no cesaba, el mutuoSigue leyendo «El beso»