Todavía recuerdo como flotaba en el aire, como se activaba cada nervio de mi cuerpo. Aun recuerdo el país de los sueños que pretendía crear, que llegué a crear por largo tiempo.
No sé en que momento exacto comenzó a resquebrajarse. Sí sé, o creo saber el por qué. Demasiado asentir, perderse en el sueño sin analizar hacia donde llevaba… dejarme absorber por los acontecimientos, despedirme poco a poco de mi verdadera identidad. Todo ello fue matando una a una las mariposas sin apenas percibirlo. Y…cuando comencé a percibir su ausencia, seguí dejándome llevar.
Ahora vuelvo a ser yo y reclamo el regreso de esas mariposas a mi vida. Quizás llegue a conformarme con sentirlas durante un instante cada día, pero necesito saber que están ahí.
Un pequeño trocito de mundo lleno de colorido, aterciopelado, delicado y enérgico. Reconocer…creer que vuelve a haber vida en lo que antes había llegado a ser un paraíso.
Mas, ya no quiero castillo ni fortaleza, solo fluir con el día.