Entras en mi vida como un torbellino:
palabras e imágenes incesantes,
segundos robados a cada hora.
Para decir «estoy aquí»
Y te doy un espacio en ella,
me abro a ti dando cuanto recibo:
deseos de un hermoso día,
risas compartidas a través del teclado…
Y poco a poco se forja la amistad,
un lazo en la distancia,
un nexo débil fortalecido tecla a tecla,
apareciendo el deseo de acortar la distancia.
Porque te he dado espacio en mi vida,
incluido en mi pensamiento y mi tiempo,
porque he llegado a reír y llorar contigo,
te he sentido cercano, amigo.
Y ahora que estás en mi mundo,
lo dejo abierto para ti,
para que entres a tu antojo,
para que juegues en él…mas no con él.
Y seguiré sonriendo ante un buenos días,
deleitándome ante la belleza de una imagen compartida.
escuchando inquietudes, haciéndote partícipe de las mías.
Ya formas parte de mi libro, mi autobiografía.