Solo es un cuerpo dejándose llevar por la placidez del olvido, desentumeciendo músculos mientras flota en un mar de sensaciones, apreciando el tacto de la seda allí donde es tocado. Un cuerpo necesitado de un momento de dejadez, disfrute…placer.
Y es que no es pecado dejarse llevar por lo sentidos,
no hay falta en dejar vibrar cada músculo,
ni es delito proporcionarse un momento de placer.
No, claro que no. Pero recuerda:
cuando otro te acompaña en ese momento
también lo hace todo lo que su cuerpo esconde,
párate a ver más allá. Disfruta, respeta
mas…no insultes sus sentimientos.
Autor: Sole Moreira
Fotografía: de la red
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