El reflejo de una vida…
mañanas repletas de ilusión mientras miraba el horizonte,
tardes de llanto, nostalgia…al no divisar puerto,
noches de un corazón vacío anhelante de ser henchido.
Días plasmando la ilusión en un lienzo,
dotando de luz a cada trazo, la luz de la esperanza.
Y cada pincelada era una caricia, aquella que buscaba,
y cada color un estado de ánimo, entrelazado con el paciente blanco.
Mis ojos, fiel reflejo del mar desafiante cada mañana,
un mar embravecido por la tormenta al caer la tarde.
Mis ojos, fiel reflejo de un hondo vacío al caer la noche,
al saberme un día más sin posibilidad de atracar.
Y, cuando una mañana conseguí divisar puerto,
la incredulidad asaltó mi rostro,
permaneciendo estática ante tal visión,
hasta que el corazón asalta mis sentidos.
Era… mi momento, la hora de avanzar sin miedo.
Era… cuanto había esperado y más.
Y volví mis pasos hacia ese lienzo fiel compañero,
aquel que llegó a convertirse en reflejo del largo viaje.
Entonces me di cuenta, ese lienzo,
aun durante la larga vigilia,
entre esperanza, incertidumbre y vacío,
cada día me había aportado algo especial… «vida»
Había llegado la hora de ser yo quien diese vida a cada pincelada,
la hora de liberar toda emoción plasmada en mi viejo lienzo.
El momento de dar…dar cuanto he recibido y más.
#solemoreira 