En reparación…infartado tras continuados rasguños.
Cerrado…aprendiendo a conocer lo que en verdad le da vida.
Dormido ante el mundo…pero siempre al acecho.
Necesitado…de descanso y entendimiento.
Anhelando…un nuevo motor aunque negándose a aceptarlo.
Siempre presente…porque aun evitándolo siento su dolor.
Y quisiera mantenerlo entre algodones, mimar su fragilidad,
alejarlo de ataques gratuitos, esos que no saben de verdad.
Quisiera oxigenarlo cada día, dejarlo respirar,
evitar disfraces para mostrar su verdad.
Quisiera que llamaras a su puerta, un simple toque bastará,
y así poder mostrarte que vale la pena querer de verdad.