Te llamaba…
No me oías
Preguntaba…
No sabían
Caía la noche…
Y no llegabas
Amanecía un nuevo día…
Y tú, seguías ausente.
Pero te sentía, te intuía
Amaba lo que percibía.
Llenabas mis vacíos aun no estando.
Porque te sentía, te vivía.
En mi mente,
con mi cuerpo.
En mi alma,
con mis palabras.
No cesé y te encontré,
hallé a mi alma gemela,
a quien dominaba mis días,
al que les insuflaba energía.
Sí, te encontré
Pero, nada es fácil y,
aunque el hallarte lleve luz a mi alma,
la imposibilidad de tocarte duele.
Siento que lo peor ya ha pasado.
Siento que me llega con saberte,
con verte, con hablarte.
Más también siento que llegaré a sentirte algún día, en algún lugar