Desperté tu manto mujer y,
olvidé el por qué.
Me hice con tu aroma,
profanando mi perfume te adopté
y, olvidé el por qué.
Te toqué el alma mujer y,
ni me fijé.
Respiré, absorví tu gracia,
despejabas la bruma de mi ventana y,
ni me fijé.
El ansia por tocar tu manto
olvidó acoplarse a tu canto.
No miraba tus pasos,
sí la estela de tu halo.
Desperté, toqué pero olvidé.
Olvidé el por qué de mi empeño
y ahora,
te consigo dormida en mi sueño.
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Autor: Sole Moreira
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