No hay temor ni desamor
que puedan detener mi travesía,
pues los entiendo aves pasajeras.
No hay orgullo ni prejuicio
que rompa mis esquemas,
ralentizarán mi paso, pero seguiré ahí.
Mantendré mi rumbo vigilante a cada bache,
alerta ante cada lid y contienda.
A veces callada mientras escucho la mentira,
aovillada ante el daño recibido.
Pero siempre hacia adelante,
en pos de la luna, alimentándome del sol,
sembrando el espacio que habito,
con mi sonrisa y el valor de cuanto brindo.
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Autor: Sole Moreira
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