Cada primavera, una flor.
Cada verano, tu caricia bajo el sol.
Cada otoño, tus brazos abrigando mi alma.
Cada invierno, tus palabras calentando mi corazón.
Sin desmayo, a pesar de los momentos fríos,
desechando las palabras airadas,
la sonrisa bailaba en tu mirada.
Con tesón, sin entender a veces el por qué,
a pesar de no mostrarse el punto medio,
tu verdad calmaba mi errada obstinación.
El amor… no entiende de razón y,
cuando nos empeñamos en buscar,
a veces caemos en el precipicio del desamor.
No llego a entender el porque de tu amor,
no quiero estudiar los motivos del mío,
tan solo sé que ahora seré yo la que:
Te brinde una flor cada primavera,
acaricie tu semblante cada verano,
abrigue tu alma en el cambiante otoño
y hable con amor a tu corazón cada frío invierno.
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Autor: Sole Moreira
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