Tu alma… tu rosa

Fuiste sembrando sueños mientras tus manos trabajaban el jardín.   Arrancando cada mala hierba, tu convicción se reafirmaba y la ilusión crecía.   Contemplando cada brote del rosal, mientras lo protegías de toda plaga, tu esperanza florecía.   Y ahora… ahora dices que se fue su magia, que sientes monótono lo que en otro tiempoSigue leyendo «Tu alma… tu rosa»