Me aferro a mi ángel y siento que él me aleja de ti.
De tus temores y dudas, de la comprensión huida.
Me aferro a mi ángel porque siento que esta batalla cansa,
porque mi corazón necesita un receso ante tanta angustia.
La provocada por buitres y hienas que empañan mi mundo,
seres que absorben sin más visión que su propia vida,
aquellos que vagan moribundos por las calles absorbiendo cuanta fuerza esté a su alcance.
Así pues me aferro a mi ángel, unos días volando entre sus alas,
un tiempo de visión aérea sobre cuanto me rodea.
Unas mini vacaciones entre obligaciones y deberes,
porque entiendo necesario observar mientras me observo,
entiendo preciso comprender mientras me comprendo.
Ahora es a ti quien toca comprender que no es adiós sino hasta pronto,
porque cuando sientes descolocado cuanto te rodea
precisas visualizar ese espacio desde afuera, mientras sientes tu respuesta ante tal visión.
Y mientras yo recompongo mis piezas… no pierdas tiempo
impulsa tu vuelo, comprueba el estado de tu pequeño mundo