¿No llegáis a sentir por momentos que es pecado soñar?
A veces, la fuerza de lo soñado es tal, que asusta
Asusta a quien te acompaña
Hace temer a quien no participa de él
Hace dudar de ti a quien no lo ve
Porque ese alguien…
ante tu felicidad…
tus ganas de vivir, tu riqueza interior
se asusta y piensa.
Piensa en tu ausencia al verte distante
Piensa en tu olvido al no decir
Y no valora o se olvida del apoyo, el estar ahí cuando en verdad lo necesita.
Es entonces cuando vuelves a sentirte pequeña,
cuando el temor a seguir soñando acecha,
y peligra tu yo… tu mundo al buscar la salida más fácil
«Dejarse llevar»
Es posible que tema a mis sueños
pero me niego a dejar de tenerlos, y por ello
SEGUIRÉ LUCHANDO POR ELLOS