Hola yo, hoy me presento, ante ti, hastiado de tanto huir. Harto de la presencia que anula, de tanta palabra ciega, pero bella.
Bella, en su tono y forma. Bella por cuanto representa. Pero vacía, al no ser cierta.
Hola yo. Hoy entendí, olvidada la verdad de mi discurso. Conjugué en falso mi verbo, omití el pronombre correcto.
Hoy entendí, mi fallo en la voz; una sílaba omitida por temor, a perder un mundo de dos.
Hola yo, de nuevo estoy aquí. Esta vez no existirá quizás o miedo. Miedo que impida, conjugar correctamente, cuanto se refiera al amor.
"Yo quiero", "yo necesito", "yo deseo" tanto como tú, ¡como tú y tu para siempre! "Yo quiero", "yo necesito", "yo deseo" tanto o más que tú. Y, si tú quieres, necesitas y deseas, no omitas el nosotros, ¡la voz que habla de entrega! Si tú quieres, necesitas y deseas, recuerda que somos dos.
Hola yo, finalmente estoy aquí, ahora fiel a cuanto omití. Mi voz también tendrá valor aunque se halle inmersa en un discurso de dos.
Pincel, brocha, lienzo, pared... Lápiz, pluma, teclado... Compañeros de viaje que me permiten hallar la musicalidad del día.
No agotes tu amanecer atrapado en el gris, ve en busca de tu paleta de color.
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