Tic… tac… Tic… tac… Pesadez de las horas agotando el tiempo a través del recuerdo; la imagen de la perdida fluidez de la sonrisa, del abrazo franco…
Pretensión huidiza, dirección nostálgica aquella que nos lleva a vivir el hoy queriendo regresar al pasado. Acaso, no hubo agua vertida durante esos años? Lágrimas derramadas empañando la feliz visión de la posibilidad, de la superación del obstáculo.
No es válido agotar el tiempo en un constante viaje al ayer. Que el reloj trabaje el tiempo. Yo viviré cada hora, desde el alba hasta el ocaso, saludando al presente con la vitamina que aporta la sonrisa abierta, perfecto catalizador de abrazos que hablan.
Si ayer hice frente a cada obstáculo, por qué no presentar también hoy batalla?
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Autor: Sole Moreira