¡Quise decirlo!
Mi voz, falló
¡Intenté cantarlo!
Los acordes, huyeron.
Me reí.
De mi propio veredicto,
de lo absurdo, lo incoherente,
de cuanto engreido duende me visitó.
Me reí, de cuanta maravilla trajo lo absurdo
y entendí.
Percibí.
La templanza recobrada,
el valor de cada carcajada,
lo superfluo de mis espectros.
Percibí cada diablura escudo ante la incoherencia
y volví.
Ahora, mi voz no falla
y lo grito
¡Recuperando la armonía
abrazo cada acorde!
___________________
Autor: Sole Moreira
Derechos reservados