En la frondosidad de tu verde,
me paré.
Detuve mi momento mientras escuchaba,
congelando el tiempo.
Escuchaba y absorbía cada uno de tus cantos,
disonante melodía.
Misteriosa disonancia de la melodía que en conjunto
consigue la armonía.
Me paré, escuché, analicé y encontré.
Encontré la respuesta a tu enigma descubriendo
fuerza incluso en el más débil de los seres que te habitan,
robustez en el más insignificante hierbajo…
Resolví el misterio que hace brillar tus días,
aquel que conseguirá llevar luz a mi vida,
pues no existe felicidad si no trabajas la armonía.
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Autor: Sole Moreira
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