Construye a cada instante,
mitiga el dolor percibido,
seca la lágrima del afligido,
habla cuando las palabras faltan,
se alza enérgica ante la injusticia.
Y percibe cuanto te rodea:
el frescor de la madrugada,
la sensibilidad de una flor,
la brisa que mece las hojas,
la corriente de una cascada.
Elabora tu alimento:
alimenta tu cuerpo,
alimenta tu alma cuando acaricia,
alimenta tu corazón cuando apoya,
alimenta tu vida con cuanto hace.
Así pues mímala:
mímala con sus propias caricias,
mímala mientras disfruta de viento, sol, aire,
mímala mientras toca vegetación y agua.
Recuerda que ella…también necesita calor.
Autor: Sole Moreira
Fotografía: de la red
Derechos reservados
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