Concédeme una hora, tan solo eso
gritó mi alma al despertar,
hoy quiero mostrar mi riguroso luto.
Déjame escuchar al cuervo de nuestro árido paraje,
caminar entre la tierra helada y las frías piedras,
llorar mis lágrimas hasta llevar tibieza a cuanto piso.
Dame una hora para vivir mi dolor,
los minutos justos para despedirme de él,
para mostrar al cuervo cuan incierta es la aridez,
abrir sus ojos al calor que esconde tanto hielo,
provocar su huida mostrando cuanto alberga nuestro corazón.
Concédeme una hora, tan solo eso,
gritó mi alma al despertar.
Porque hoy me despido del nudo en mi pecho,
hoy comenzaremos a recopilar ilusiones.
Aquí estamos mente y alma listas para presentar batalla,
para alejar a las sombras de la noche.
Tú tienes el valor, nosotras la fuerza y la templanza.
Juntas encontraremos el camino hacia el día,
juntos…alma, corazón y mente.
Autor: Sole Moreira
Fotografía: de la red
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