Difusa niebla despierta mi día al saberte huída, armonía.
Quise ser, hermano del amor, amigo aportando abrigo, abeja obrera ofreciendo ideas.
Quise adaptarme a tus pasos, frenética marcha necesitada de acción y reacción.
Ahora la marcha se ralentiza. Ahora, el dinamismo da paso a la fatiga, la ilusión a la obligación.
Ahora, ya casi alcanzada la meta, surge el vocablo hiriente, la actitud exigente, el nervio que te lleva a no entender razones…
Difusa niebla despierta mi día, pero sé que mañana volverá a salir el sol.
Solemoreira