Fracturado el pensamiento
la escarcha se hizo llanto,
la lluvia afilada garra,
el viento…el viento soledad.
Fracturado todo paso
el minuto habló de astío,
la hora clamó olvido,
el día…el día dormida paz.
Y en la soledad del viento,
cobijado por la aparente paz,
decidió que ya era tiempo.
¡Tiempo de embeber cada fragmento
tiempo de unir pensamiento y caminar!
Despertó al día acompañado de lluvia,
recobró el paso hacia el cálido café y,
acomadando su cansancio en el mullido sofá,
dió un giro a su sueño
lo acopló a su realidad.
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Autor: Sole Moreira
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